En el interior de un meteorito caído en Australia hace ya 50 años, un equipo de científicos encabezado por Philipp Heck, del Field Museum de la Universidad de Chicago, acaba de descubrir polvo de estrellas formado entre hace 5.000 y 7.000 millones de años, antes de que el Sol y la Tierra se formaran. Se trata del material sólido más antiguo jamás descubierto en nuestro planeta.
“Es uno de los estudios más interesantes en los que he trabajado -afirma Heck-. Este es el material sólido más antiguo jamás encontrado, y nos cuenta cómo se formaron las estrellas en nuestra galaxia”.
Los materiales examinados por Heck y sus colegas reciben el sugestivo nombre de “granos presolares”, es decir, formados antes del nacimiento del Sol. “Son muestras sólidas de estrellas -afirma el científico-, polvo de estrellas”.
Los granos quedaron atrapados en el interior de rocas espaciales, y allí permanecieron, sin sufrir cambios, durante miles de millones de años, hasta el momento en que alguna de esas rocas cayó a la Tierra en forma de meteorito y transportando en su interior la preciada carga. Se trata de auténticas cápsulas de tiempo. De un tiempo anterior al propio Sistema Solar.
Pero los granos presolares resultan difíciles de encontrar. Son, de hecho, muy raros, y se estima que sólo están presentes en el 5% de los meteoritos que caen a la Tierra.
Además, son extraordinariamente pequeños: cien de los más grandes cabrían dentro del signo de puntuación con el que termina esta frase.
El célebre meteorito Murchison, sin embargo, caído en Australia en 1969, contiene un auténtico tesoro en forma de granos presolares. Y la mayor parte de ese meteorito se encuentra, precisamente, en el Field Museun de la Universidad de Chicago.
Fue de ahí de donde Heck obtuvo, hace ya treinta años, los que ha utilizado para este estudio.