Un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad de Warwick (Reino Unido), en colaboración con una científica del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), ha descubierto una enana blanca de dimensiones inusuales y que podría ser el resultado de la fusión de dos enanas blancas de grandes dimensiones.
El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) ha informado este lunes de que este descubrimiento, que se publica en la revista Nature Astronomy, podría servir para resolver algunas preguntas sobre la evolución de las enanas blancas y el número de supernovas que existen en la Vía Láctea.
La estrella descubierta, que está situada a 150 años luz de la Tierra, ha sido identificada gracias a los datos recogidos por el telescopio Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Los astrónomos usaron el Telescopio William Herschel (WHT), del Grupo de Telescopios Isaac Newton (ING), instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, isla de La Palma), para centrarse en el seguimiento de posibles enanas blancas de grandes dimensiones.
Aplicando un procedimiento de espectroscopía y tras descomponer la luz emitida por la estrella, los científicos pudieron determinar la composición química de su atmósfera y descubrir altos niveles de carbono en ella, algo inusual, se indica en un comunicado del IAC.
El autor principal de la investigación, Mark Hollands, del departamento de Física de la Universidad de Warwick, comenta que se trata de una estrella que destacó por ser algo que no se había visto antes.
Habitualmente se espera observar una capa exterior de hidrógeno, a veces mezclada con helio, o simplemente una combinación de helio y carbono, pero no se espera ver la combinación de hidrógeno y carbono al mismo tiempo, ‘ya que debería haber una capa gruesa de helio en medio que evite eso. Cuando observamos esto, no tenía sentido’, añade.
Existe también un límite a la masa de la enana blanca resultante: a más de 1,4 masas solares se piensa que explotaría en una supernova, aunque es posible que estas explosiones ocurran con masas ligeramente más bajas.
Así, el descubrimiento de esta estrella resulta útil para demostrar la gran masa que una enana blanca puede llegar a alcanzar y aun así sobrevivir.
Según los investigadores, precisamente porque el proceso de fusión reinicia el enfriamiento de la estrella, es difícil determinar su edad.