Un vaso de agua con medio limón aporta 2 kilocalorías, y a cambio nos ofrece potasio (10 mg), vitamina C (4 mg), flavononas (2 mg de eriocitrina, diosmina, hesperidina y naringenina) y algo de fibra (0,5 g). Esta fórmula resulta depurativa y mejora la circulación de la sangre.
Tomar agua con limón aumenta la excreción de ácidos por la orina, por lo que su efecto en la sangre y el organismo es alcalinizante y, por ello, desintoxicante. El pH del limón es de 2,6, posiblemente uno de los más ácidos entre las frutas.
El agua con limón es un remedio de primera elección para resfriados y faringitis. Se ha atribuido su eficacia como estimulante de la inmunidad a su contenido en vitamina C.
Sin embargo, aunque el limón es rico en esta vitamina, no es una “bomba”. Favorece la salud de los riñones, gracias a su contenido en citratos (230 mg en 5 ml), es una bebida que previene la aparición de cálculos renales.
El agua con limón también ayuda a mejorar la inmunidad. La acción conjunta de la vitamina C y las flavononas incrementa el número de glóbulos blancos, las células defensivas capaces de eliminar virus, bacterias y células enfermas.
Por ello se recomienda en el tratamiento dietético de las infecciones, especialmente las respiratorias.