El pasado 28 de marzo en Nuevo México, en Estados Unidos, tuvo lugar un acontecimiento casi aterrador. Un hombre volvía a su coche tras haber hecho la compra y, una vez que ya estaba conduciendo, se dio cuenta de que en el asiento de atrás de su coche había miles de abejas.
El hombre había dejado la ventanilla trasera abierta y las abejas habían entrado por ahí. Era tal la cantidad de insectos, que pudieron contar por lo menos unos 15.000 y tuvieron que llamar a los bomberos.
“Los bomberos supieron que el propietario del coche regresó de las compras, colocó los alimentos en su vehículo y comenzó a conducir antes de notar el enjambre en el asiento trasero”, ha escrito el departamento de bomberos de Las Cruces en su página de Facebook.
El bombero llegó con un kit específico para colmenas que incluía aceite de hierba de limón. Pese a la gran cantidad de abejas que se habían acumulado, solo se reportaron picaduras en una persona.
Los bomberos trataron de establecer un cordón por donde no pasase nadie para proteger al resto de compradores de las picaduras. La maniobra para expulsar a las abejas del coche se alargó durante dos horas.
“El departamento de bomberos de Las Cruces no elimina regularmente los enjambres de abejas.
Sin embargo, para mitigar el peligro del gran enjambre presentado en una zona de tráfico relativamente alta, los bomberos determinaron que el mejor remedio era que se quitara el enjambre y se trasladara rápidamente.”, acabaron informando desde la citada página de Facebook.