Los leones de América del Norte que quedaron extintos durante mil años o más antes de la última Edad de Hielo han sido los protagonistas de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Adelaida y que ha sido publicado en Molecular Ecology.
Concretamente, la causa que explicaría esta desaparición de los leones de las cavernas en Norteamérica podría ser un cambio en el clima, tal y como recoge el mencionado estudio, que ha secuenciado ADN de fósiles de leones y osos cavernarios de la zona para comprender mejor el momento y los impulsores de su movimiento pasado entre continentes.
El coautor, el Dr. Kieren Mitchell del Centro Australiano de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida, dijo en un comunicado: “Existe una percepción común de que, fuera de las extinciones masivas o la interferencia humana directa, los ecosistemas tienden a permanecer estables durante miles o incluso millones de años”.
Un hallazgo clave de la nueva investigación es que los leones de las cavernas de la misma área se extinguieron más de una vez; antes de su extinción final, también desaparecieron y reaparecieron miles de años después, casi al mismo tiempo que los osos. No hay evidencia de que las personas hayan causado estas desapariciones temporales, y las frías condiciones de la Edad de Hielo no fueron las culpables.
“En cambio, parece una prueba evidente que apunta a algún tipo de cambio en su ecosistema”, dijo el Dr. Mitchell.
El momento de la extinción de leones y osos en partes de América del Norte (específicamente Alaska y el territorio de Yukon) coincide con la evidencia de un cambio de vegetación generalizado en la región.
Los investigadores sugieren que las temperaturas cálidas antes de la última Edad de Hielo pueden haber causado un cambio en la abundancia de diferentes tipos de plantas, lo que tuvo efectos en cadena sobre los herbívoros y luego sobre sus depredadores (como osos y leones).
Las temperaturas más frías que condujeron a la última Edad de Hielo podrían haber revertido este cambio y hacer que el área sea más hospitalaria para los herbívoros y, a su vez, para sus depredadores.