El show arrancó a las 20:30 horas en una noche fría que se calentó en cuanto apareció con una imagen madura, derrochando sensualidad, enfundado en un traje negro con camisa blanca y con una enorme sonrisa.
Alejandro no escatimó para deleitar a sus seguidores capitalinos que lo esperaron más de ocho horas para escucharlo.
Así, el escenario en el que dominaban siete pantallas verticales distribuidas al centro y a los lados del escenario, además de las 230 luces robóticas que se prendían y apagaban al ritmo de cada tema captó la atención de los asistentes.
Al final ante miles de asistentes Alejandro Fernández logró demostrar porque es “El Potrillo de México “