El legado del Papa Francisco: un pontificado marcado por la cercanía, la reforma y la misericordia

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Vaticano.- Jorge Mario Bergoglio, nacido el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, ingresó a la Compañía de Jesús a los 21 años. Fue ordenado sacerdote en 1969 y se desempeñó como provincial jesuita, rector de seminario y docente antes de ser nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires por San Juan Pablo II en 1992. En 1998 asumió como arzobispo de la capital argentina y fue creado cardenal en 2001.

El 13 de marzo de 2013, a los 76 años, fue elegido Papa, convirtiéndose en el primer pontífice jesuita, el primero originario de América y el primero en adoptar el nombre de Francisco, inspirado en San Francisco de Asís y su llamado a la humildad, la paz y el cuidado de la creación.

Durante sus casi 13 años de pontificado, Francisco puso énfasis en la misericordia, la justicia social, el cuidado del medio ambiente y la atención a los más excluidos, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Realizó 47 viajes internacionales, aunque nunca visitó su natal Argentina. Canonizó a 942 santos —más que ningún otro Papa— y firmó cuatro encíclicas, siete exhortaciones apostólicas y 75 documentos motu proprio.

El Papa remodeló profundamente el Colegio Cardenalicio a través de 10 consistorios, con la creación de 163 nuevos cardenales provenientes de regiones tradicionalmente no representadas, como Mongolia y Sudán del Sur, reflejando su visión de una Iglesia verdaderamente universal.

En materia de reformas, impulsó una profunda reorganización de la Curia Romana y convocó cuatro sínodos, destacando el Sínodo sobre la Sinodalidad, cuya segunda sesión concluyó en octubre de 2024. Asimismo, promovió medidas para enfrentar la crisis de abusos dentro de la Iglesia, entre ellas el motu proprio Vos Estis Lux Mundi, promulgado en 2019.

Los últimos años de su pontificado estuvieron marcados por problemas de salud. Se sometió a cirugías en 2021 y 2023, enfrentó complicaciones pulmonares en 2023 y fue hospitalizado en febrero de 2025 por una infección respiratoria. Durante la pandemia de COVID-19, ofreció momentos de profunda conexión espiritual con el mundo, como la histórica bendición Urbi et Orbi desde una Plaza de San Pedro vacía.

Tras su fallecimiento, se llevarán a cabo las exequias y los tradicionales nueve días de luto. Posteriormente, los cardenales de todo el mundo se reunirán en Roma para celebrar las congregaciones generales y el cónclave que elegirá al próximo sucesor de Pedro.