Los Ángeles.- Los bomberos en Los Ángeles esperaban el viernes una tregua de los intensos vientos que han alimentado devastadores incendios, dejando 10 muertos, destruyendo barrios completos y manteniendo en alerta a la segunda ciudad más grande de Estados Unidos.
Desde el martes, los incendios han arrasado más de 10 mil viviendas y estructuras en una franja densamente poblada a unos 40 kilómetros al norte del centro de Los Ángeles. Hasta ahora, la causa de los incendios más grandes sigue sin determinarse, según informó la agencia AP.
La magnitud de los daños es asombrosa, incluso para un estado acostumbrado a enfrentar incendios forestales de gran escala. En Pacific Palisades, calles enteras quedaron reducidas a escombros humeantes, mientras que en Malibú, solo se mantienen en pie las palmeras ennegrecidas sobre los restos de las casas que antes adornaban la costa.
El viernes, los 13 millones de habitantes del área metropolitana de Los Ángeles despertaron a otro día bajo la amenaza de los vientos que podrían avivar las llamas y provocar nuevos incendios. Sin embargo, se esperaba que la intensidad de los vientos disminuyera por la noche, tras haberse reducido en comparación con los niveles de principios de semana, cuando ráfagas huracanadas esparcieron brasas que encendieron las laderas.
Aunque esta disminución podría permitir a los bomberos avanzar en el control del fuego, el meteorólogo Rich Thompson advirtió que la calma podría ser temporal. “Anticipamos un breve respiro el viernes y sábado de los vientos de Santa Ana, pero volverán a intensificarse el domingo y gran parte de la próxima semana”, comentó el jueves por la noche.