Vaticano.- Este jueves 8 de mayo de 2025, a las 18:07 horas, la tradicional fumata blanca que emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina anunció al mundo la elección del Papa número 267, el nuevo Sucesor de Pedro.
La señal, que captó la atención de miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y de millones de personas en todo el mundo, confirmó que un nuevo Obispo de Roma ha sido elegido. Pero, ¿qué ocurrió dentro de la Capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Ángel, momentos antes del anuncio? ¿Y qué sigue antes de que escuchemos su nombre desde la Logia de las Bendiciones en voz del cardenal protodiácono, Dominique Mamberti?
El momento de la aceptación
Según lo estipulado en el Ordo Rituum Conclavis y la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, uno de los cardenales —el más antiguo o el siguiente en orden si el elegido es él mismo— preguntó en latín al nuevo Pontífice: ”¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”.
Al recibir una respuesta afirmativa, se le formuló una segunda pregunta: ”¿Con qué nombre deseas ser llamado?”.
El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, actuando como notario y acompañado por dos ceremonieros que fungieron como testigos, redactó un acta oficial que certifica tanto la aceptación como el nombre elegido por el nuevo Papa.
Cierre del Cónclave
El proceso concluye formalmente en el momento en que el elegido acepta su nombramiento, salvo que él disponga lo contrario, como establece Universi Dominici Gregis. A partir de entonces, se permite el ingreso a la Capilla Sixtina del sustituto de la Secretaría de Estado, del secretario para las Relaciones con los Estados, y de otros colaboradores que deban tratar con el nuevo Pontífice asuntos urgentes e inmediatos.