En el año 2018, un grupo de arqueólogos describió un rompecabezas verdaderamente fascinante: encontraron el cuerpo de un guerrero medieval italiano que pasó por la vida con un cuchillo en el brazo, en lugar de su mano amputada.
Tal y como publica Science Alert, el esqueleto en cuestión fue encontrado en una necrópolis longobarda en el norte de Italia, que data de entre los siglos VI y VIII d. C. Cientos de esqueletos fueron enterrados allí, así como un caballo sin cabeza y varios galgos, pero este esqueleto en particular destacó entre los demás.
Era un hombre mayor, de entre 40 y 50 años, y le habían amputado el brazo derecho a la altura de la mitad del antebrazo. Los investigadores, dirigidos por la arqueóloga Ileana Micarelli de la Universidad Sapienza en Roma, determinaron que la mano había sido extraída por un traumatismo contundente, pero es imposible decir exactamente cómo o por qué.
“Una posibilidad es que la extremidad haya sido amputada por razones médicas; tal vez la extremidad anterior se haya roto debido a una caída accidental o por algún otro medio, lo que resultó en una fractura irreparable”, escribieron los arqueólogos en este artículo.
En un examen más detenido, los extremos del hueso mostraron evidencia de presión biomecánica: remodelación de ambos huesos para formar un callo y un espolón óseo en el cúbito. Estos son consistentes con el tipo de presión que podría haber sido aplicada por una prótesis.
Esto sugiere una tapa de cuero sobre la extremidad amputada, una hebilla utilizada para sujetar y un cuchillo adherido a la tapa, aunque el propósito no está claro. Sin embargo, dada la avanzada curación del hueso, está claro que el hombre vivió mucho tiempo después de que le amputaron la mano.
“Este varón longobardo muestra una supervivencia notable después de la amputación de una extremidad anterior durante la era anterior a los antibióticos. No solo se adaptó muy bien a su condición, sino que lo hizo con el uso de un dispositivo derivado de la cultura, junto con un considerable apoyo de la comunidad”, dijo el equipo en sus conclusiones.
“La supervivencia de este hombre longobardo atestigua el cuidado de la comunidad, la compasión familiar y el alto valor que se le da a la vida humana”, concluyeron.