La contaminación plástica, que se hace cada vez más patente en la tierra, el agua y el aire, se ha hecho detectable también en órganos y tejidos humanos en forma de micro y nanoplásticos.
“Hay evidencia de que el plástico se está abriendo camino en nuestros cuerpos, pero muy pocos estudios lo han buscado allí. Y en este punto, no sabemos si este plástico es solo una molestia o si representa un peligro para la salud humana”, explica Charles Rolsky, que ha presentado un estudio al respecto en la Reunión y Exposición Virtual de Otoño de 2020 de la American Chemical Society (ACS).
Los científicos definen los microplásticos como fragmentos de plástico de menos de 5 mm, o alrededor de 0,2 pulgadas, de diámetro. Los nanoplásticos son incluso más pequeños, con diámetros inferiores a 0,001 mm.
La investigación en modelos animales y de vida silvestre ha relacionado la exposición a micro y nanoplásticos con la infertilidad, la inflamación y el cáncer, pero actualmente se desconocen los resultados de salud en las personas.
Estudios anteriores han demostrado que los plásticos pueden atravesar el tracto gastrointestinal humano, pero Rolsky y Varun Kelkar, que también presenta la investigación en la reunión, se preguntaron si las pequeñas partículas se acumulan en los órganos humanos.
Para averiguarlo, los investigadores obtuvieron muestras de un gran depósito de tejidos cerebrales y corporales que se estableció para estudiar enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
Las 47 muestras se tomaron de pulmones, hígado, bazo y riñones, cuatro órganos que probablemente se expondrán, filtrarán o recolectarán microplásticos.