Los baños de hielo en contraste con la temperatura ambiente es una práctica que se lleva haciendo durante mucho tiempo. Una rutina que, supuestamente, ayuda al cuerpo y a la mente.
El hielo y el agua fría activan el cuerpo y son beneficiosos para la circulación sanguínea, mientras que el contraste de temperatura hace que se pueda entrenar a la mente para concentrarse.
En medio de las grandes dunas del desierto emiratí, a más de 40 grados de temperatura, un suizo se sumerge en una bañera de hielo como técnica para depurar y cultivar el cuerpo.
Con él, un grupo de seguidores que aprenden a controlar su cuerpo y mente. “Al principio quieres salir y da miedo, pero luego acabas manejándolo”, ha recalcado uno de ellos.
Para aguantar este primer impulso, se usan técnicas budistas tibetanas, que enseñan métodos de respiración para entrenar, sobre todo, la mente, y así soportar el tremendo contraste térmico.