Los Ángeles, EE.UU. — La tensión se disparó este domingo por la noche en Los Ángeles, cuando al menos cinco taxis autónomos fueron incendiados cerca de una manifestación contra las redadas migratorias y el despliegue de tropas de la Guardia Nacional.
Según reportó EFE, tras ser dispersado por la policía, un grupo de manifestantes se desvió hacia la icónica Placita Olvera —lugar fundacional de la ciudad—, donde atacaron los vehículos de transporte público en circulación. Los taxis autónomos, pertenecientes a Waymo, empresa de tecnología de conducción autónoma de Alphabet, se encontraban vacíos al momento del ataque, por lo que no hubo heridos.
La violencia se extendió también a otras zonas. Al menos seis patrullas de la Policía de Los Ángeles estacionadas en la Autopista 101 fueron vandalizadas por jóvenes encapuchados, que posteriormente fueron dispersados con gases lacrimógenos.
Además, los manifestantes pintaron edificios federales de Migración y de la ciudad de Los Ángeles, y desinflaron las llantas de varios vehículos estacionados en la zona. Los hechos ocurrieron poco después de que la policía lograra liberar una autopista que había sido tomada por los manifestantes como parte de su protesta.
En conferencia de prensa, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, expresó su frustración por los actos vandálicos: “Nuestra ciudad no necesita ser destrozada”, sentenció.
Bass también reveló que ha dialogado con funcionarios de la Casa Blanca para pedir el retiro de los soldados de la Guardia Nacional, desplegados por orden del presidente Donald Trump tras las recientes manifestaciones.
“El despliegue de tropas federales es una escalada peligrosa. No tiene que ver con la seguridad pública. Claramente no hay un plan ni una política detrás de esto”, afirmó la alcaldesa.
Si bien garantizó su apoyo a todos los residentes de Los Ángeles, Bass condenó enérgicamente los episodios de violencia: “Si se permite la violencia o se intenta tomar el control de una autopista, habrá consecuencias”, advirtió.
Los disturbios dejaron en evidencia el creciente malestar ciudadano frente a las recientes políticas migratorias y el uso de fuerzas federales en la ciudad. Las autoridades locales se mantienen en alerta para contener posibles nuevos brotes de violencia en los próximos días.