CDMX.- Para Marina de Tavira, pisar el escenario de La Casa del Teatro es abrir una caja de recuerdos y volver al hogar que la formó. Ahí estudió y dio clases. Es por eso que abrir el telón de la obra Tragaluz, del dramaturgo inglés David Hare, a partir del 23 de mayo, cobra otro significado.
El proyecto, arropado por su productora Incidente Teatro, tiene un carácter simbólico en diferentes vertientes para la mexicana. Es “un remanso de paz”, como ella mismo lo llama, tras la vorágine mediática que vivió desde el 30 de agosto de 2018 cuando la película Roma fue estrenada en el Festival Internacional de Cine de Venecia y por la que obtuvo una nominación al Oscar este año como Mejor Actriz de Reparto.
Tragaluz conjuga piezas fundamentales para Marina de Tavira: Luis de Tavira, su tío, mentor y director de la obra; Rafael Sánchez Navarro, su compañero de escena y de vida; Alejandro Luna, uno de los escenógrafos más reconocidos del país, y el teatro en sí, su pasión y formación como actriz, tras más de 25 años de carrera.
La originaria de la Ciudad de México reveló que, aunque continúa revisando proyectos y leyendo ofrecimientos, está concentrada en la obra que le requiere una alta exigencia actoral.