Internacional.- Es el oscurecimiento parcial o total aparente del sol cuando la Luna se sitúa entre el sol y la Tierra (eclipse solar). Por su parte, el eclipse lunar se refiere al oscurecimiento de la Luna que ocurre cuando, en fase de Luna llena, este satélite se oculta bajo la sombra de la Tierra.
Los eclipses se pueden predecir debido al cálculo de las órbitas de la Tierra y la Luna, que hace que sea posible determinar de forma muy precisa el trayecto y las posiciones de sus sombras.
Además, los eclipses son fenómenos que se manifiestan de forma cíclica, lo que conlleva una mayor posibilidad de predicción. Volviendo al eclipse solar, que ocurre mínimo dos veces al año, este puede dividirse en cuatro tipos: parcial, semiparcial, total, o anular. El total es el que menos sucede: cada 200 o 300 años en un mismo punto del planeta. En cuanto al eclipse lunar total, hay un aspecto que llama mucho la atención a los aficionados, y es el tono rojizo que adopta la Luna, provocado por la luz solar difundida por la atmósfera.
En el mundo antiguo, este fulgor rojizo de la Luna eclipsada causaba pánico entre quienes la observaban, que creían que era indicio de catástrofes próximas.
La cantidad mínima de eclipses anuales es cuatro (incluidos los eclipses de Luna por la penumbra), dos eclipses de Sol, totales o anulares, y dos eclipses de Luna. Así sucedió en 1999, 2003, 2005, etc.