CIUDAD DE MÉXICO.- Cualquiera podría pensar que, tras 28 años de carrera en el mundo de la interpretación, Salma Hayek se sentiría ya igual de cómoda haciendo cine, televisión o teatro.
Sin embargo, la dura realidad es que la mexicana es presa de un incontrolable y paralizador miedo escénico en cuanto cambia las cámaras por una gran multitud de espectadores en directo.
“Sufro pánico escénico. Nadie se da cuenta, pero lo paso muy, muy mal. Si me apartas la cámara y me pones delante del público, simplemente me muero. Una vez que me subo al escenario, no lo parece, pero luego no puedo hacer nada en todo el día porque estoy agotada”, ha confesado a la edición estadounidense de la revista ¡Hola!