Una mujer de Lake Oswego, presidenta de la junta directiva del Equipo de Adopción de Gatos, explicó que estaba jugando con Lilly, la gata que habían adoptado en la protectora, cuando ella decidió dirigirse a la chimenea.
Martin estaba en el salón entreteniéndola con juguetes, pero el animal, de repente, dejó de sentir interés por este entretenimiento para comenzar a olfatear algo.
“Me pareció algo extraño”, explicó Sandi a la protectora. “Nunca lo había hecho”. Pero menos mal que lo hizo, pues Lilly estaba olfateando la válvula de la chimenea y, cuando la mujer hizo lo mismo, creyó sentir débilmente un olor a gas.
Le pidió a su marido Mike que lo hiciera también y ambos pensaron que podía haber una fuga. Entonces llamaron a su compañía de gas para que les dijeran cómo actuar:
“Nos dijeron que abriéramos todas las puertas, que nos mantuviéramos fuera de la habitación y que no utilizáramos el teléfono móvil ni ningún otro aparato electrónico en esa habitación”.
Pero enseguida llegó alguien a revisarlo y, efectivamente, les informaron de que tenían un escape de gas en la llave de su chimenea, algo que si se hubiera desatendido podría haber provocado graves consecuencias como un incendio o una explosión en casa.
“Lilly nos salvó la vida”, dijo muy alegre Sandi Martin. Ahora, la pareja está más feliz aún de tener a Lilly, a quien conocieron en Equipo de Adopción de Gatos.