IRAPUATO, GTO.- Nicolás Pérez Ponce, director de los Centros de Rehabilitación Unidos del Bajío (CRUB), declaró que ante el temor por los ataques y por la pandemia, ha bajado el ingreso de personas que buscan dejar las drogas u otras adicciones en los anexos.
En entrevista, comentó que pese a ello, los anexos siguen operando en el estado, con las personas que buscan apoyo por estar inmersas en adicciones.
“Hacemos juntas de información, quien quiera la ayuda, adelante, hay muchos casos donde la familia, por falta de dinero, no les brinda la ayuda y llegan las adicciones”, comentó.
Nicolás Pérez expresó que luego de la masacre el anexo de Arandas en Irapuato el año pasado, los centros de rehabilitación comenzaron a recibir amenazas y llamadas de extorsión, mismas que se han ido eliminando, lo que despertó el temor en internos y directivos.
“Había amenazas, llamadas para que cooperáramos, pedían dinero, les dijimos que no, ya luego supimos que eran llamadas del CERESO”, comentó.
El líder del CRUB añadió que están trabajando por sacar de la circulación todos los anexos clandestinos, con apoyo de las autoridades municipales.
Expresó que se han hecho denuncias, pero reveló que existe una lentitud para atenderlas.
“No se nos ha escuchado, y no queremos que esto se salga nuevamente de control, en otros municipios”, acotó.