Por Berenice Ayala
IRAPUATO, GTO.- Entre aplausos y lágrimas, salió el ataúd donde reposa Salvador Almaraz López de la Catedral de Irapuato luego de que esta tarde se celebrara la misa de cuerpo presente para despedir al artista.
El sacerdote encargado de oficiar la celebración se refirió al Maestro Almaraz como un ser lleno de fe, de amor y de esperanza. Dijo que era un hombre que demostró que los dones y los talentos deben ser puestos al servicio de los demás.
“Lo conocemos y lo reconoceremos siempre en sus grandes obras, pero las grandes obras empiezan con un espíritu sensible a las grandes obras de Dios”, dijo el sacerdote.
A la misa con la que se despidieron los restos mortales de Salvador Almaraz asistió la presidenta municipal, Lorena Alfaro García y algunos otros miembros del gabinete. Estuvieron presentes también amigos del artista y, por su puesto, sus hijos Onofre, Hugo y Ernesto, así como sus hijas Edith e Ivonne.
A lo largo de la celebración se escucharon leves llantos y suspiros, pero se vivió un momento conmovedor al terminar la celebración y dejar el recinto, cuando sus hijos se acercaron al féretro, pusieron sus manos sobre él y las juntaron para comenzar a llorar juntos, los nietos del maestro se unieron y así, las distintas generaciones de Almaraz se despedían del papá, del abuelo, del bisabuelo que les enseñó a compartir el amor con la gente hasta en ese momento.
“Salvador Almaraz era de todo Irapuato, Salvador Almaraz era Universal”, dijo el sacerdote, mientras su familia asentía entre llantos.
Comenzaron a caminar hacia la salida, mientras el Irapuato de Salvador Almaraz le aplaudía. Subieron el ataúd a la carroza fúnebre y otra vez, entre aplausos despidieron al pintor que nació en Irapuato y ya se fue a pintar atardeceres.