Irapuato.- Hoy son se cumplieron cuatro semanas de la desaparición de Juan David, el menor de 11 años, que de acuerdo a su madre, lo asesinó su padrastro, un policía municipal de Irapuato que está detenido y vinculado a proceso penal por los delitos de violencia familiar y desaparición cometida por particulares.
El testimonio que en su momento emitió Reina María, madre del menor, fue que su pareja, Miguel Ángel, había golpeado a Juan David hasta dejarlo sin vida, en la casa que habitaban, en el fraccionamiento Urbi Villas del Rey.
El cuerpo lo habría sacado en una cobija y dentro de una bolsa, para deshacerse de él, sin que hasta el momento se conozca su paradero; estos hechos ocurrieron un viernes 13 de mayo.
Desde hace cuatro semanas, Juan Agustín, el padre biológico del menor; su abuelo Artemio; colectivos de búsqueda; la célula de búsqueda municipal y vecinos de Urbi no han cesado en las búsquedas.
Pese a que el padrastro está detenido como probable responsable, no he declarado dónde se encuentra el cuerpo del menor, ni ha dado pistas para dar con su ubicación.
En un día, más de 70 personas se han adherido a las búsquedas de Juan David, en canales, predios abandonados, zonas habitacionales y terrenos de cultivo aledaños a la casa donde desapareció.
Han sido cuatro semanas y no se ha logrado detectar una sola pista del paradero del menor, que en septiembre está por cumplir 12 años de edad.
Aunque su padre está seguro de que el menor está con vida, las declaraciones de la mamá dicen lo contrario, pues dejó en claro en su momento que Juan David fue asesinado a golpes por su pareja, con quien tenía cinco años viviendo.
La presidenta municipal de Irapuato, Lorena Alfaro García ventiló que el lunes pasado, junto con el secretario de Seguridad, Luis Ricardo Benavides, le solicitaron al Fiscal, Carlos Zamarripa Aguirre, que agilice las búsquedas de Juan David para que lo encuentren, ante lo delicado del tema.
Asimismo, expresó que dio la instrucción de que a diario, la célula municipal apoye en las búsquedas a los familiares del niño.
La desaparición del menor se dio en medio de una serie de actos de violencia que sufría por su padrastro, pues de acuerdo a los vecinos, lo ponía a correr con una mochila cargada con piedras; le colocaba hielos en las manos y cuando lo lesionaba y había heridas graves, las cosía con un hilo y una aguja normal, además de que él mismo lo entablillaba cuando había alguna fractura ósea.