(Por Daniel Gorosito)
“No más excusas”, es el título del estudio conjunto realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en conjunto con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Éste se presentó en Estambul, Turquía en el marco previo a la Cumbre Hemisférica Mundial que organizó Naciones Unidas y se inicia mañana, Con ese sugestivo título, se pide a los países y a sus socios humanitarios y de desarrollo que garanticen la inclusión de los niños que han sufrido desplazamientos de sus países de origen transformándose en refugiados. El documento exige a las naciones que los refugiados estén contemplados en los planes nacionales de educación y que se monitoree mejor su educación a los efectos de detectar irregularidades en la misma.
Algunos de los organismos de las Naciones Unidas, coinciden en sus investigaciones que los niños que están en situación de refugiados tienen cinco veces más probabilidades de no poder asistir a la escuela comparativamente con quienes no han sufrido la experiencia de salir de sus países de origen a la fuerza, transformándose en refugiados. Esto se ve reflejado en las estadísticas: solo la mitad de los menores refugiados en edad escolar asiste a la educación primaria y un 25% cursa el nivel de secundaria.
La búlgara Irina Bokova, quien funge como directora general de la UNESCO y está entre quienes aspiran a la Secretaría General de las Naciones Unidas, comentó sentirse sorprendida con el “número sin precedentes”, de población desplazada que presiona a los sistemas de educación a ampliarse y ser más inclusivos. La política y diplomática explicó: “Para esos niños y jóvenes, la educación es especialmente importante ya que con solo ir a la escuela están mejor protegidos de la trata, la adopción ilegal, los matrimonios infantiles, la explotación sexual y el trabajo forzado”.
El informe “No más excusas”, nos muestra las diferencias existentes entre los niños que se encuentran como refugiados en distintos países, en su inclusión en la educación. En algunos países del Medio Oriente como la República Islámica de Irán, Yemen y Egipto, el 80% de los menores refugiados que están en edad escolar, asiste a la escuela primaria, mientras que en Pakistán sólo cursa el 40% y el Etiopía el 50%.
Con respecto a la educación secundaria, en Bangladesh, Pakistán y Kenya, menos del 5% de los adolescentes están cursando esos niveles y en Turquía el 7%. Tomando como referencia, las diferencias de género, la investigación comprueba que la marginación educativa es mayor en las niñas refugiadas. En Kenya, el 38% cursa la primaria, en Pakistán el 10% y sobresale negativamente el caso de Afganistán, el más grave, apenas el 1% de las mujeres desplazadas sabe leer y escribir correctamente.
La paquistaní Malala Yousafzai, que entre múltiples distinciones, en su camino luchando por la paz y la educación para las niñas y mujeres, recibiera el Premio Nobel de la Paz en el 2014, considera en el informe que es inaceptable que apenas la mitad de los niños refugiados tenga acceso a la enseñanza primaria y una cuarta parte al nivel secundaria. No es posible tolerar que las niñas sean casi siempre las primeras en verse privadas de instrucción.
Ningún niño debería de tener que pagar el costo de la guerra, ser mantenido alejado del aula a causa de un conflicto. Y, sin embargo, generaciones enteras de niños refugiados de Siria, Afganistán, Palestina y Sudán del Sur, han tenido que abandonar sus hogares y sus escuelas. Más lo que no abandonar son sus sueños de un futuro mejor para ellos mismos y para sus países, un futuro sólo posible mediante la educación.
Recordemos un pensamiento de Malala: “Tomemos nuestros libros y nuestros lápices. Son nuestras armas más poderosas. Un niño, un maestro, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”. No olvidemos que la educación es un derecho humano básico de todos los niños. El documento de UNESCO- ACNUR nos muestra que no se atienden debidamente los derechos a la educación de las poblaciones desplazadas por la fuerza de su lugar de origen; es momento de actuar: “No más excusas”.
¡Hasta el próximo análisis…!
Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez