IRAPUATO, GTO.- Tras los recientes asesinatos de jóvenes en Salamanca y San Felipe, vinculados a comunidades parroquiales, el obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, expresó su preocupación por la creciente dificultad que enfrentan los grupos religiosos para reunirse en horarios específicos, por la inseguridad.
En su conferencia de prensa dominical, el prelado destacó que esta situación es expresada en las visitas que hace a comunidades y colonias como parte de su labor pastoral.
“Esta semana, por ejemplo, estuve en la parroquia de San Antonio, en Pueblo Nuevo, y comentaban la dificultad para reunirse ya a determinados horarios, la dificultad para trasladarse de unos a otros con la desconfianza de la inseguridad”, compartió el obispo.
El prelado reconoció que, aunque se buscan medidas de prevención, la situación de violencia no puede ser ignorada.
Díaz Díaz afirmó que han sostenido diálogos con autoridades para solicitar protección, pero admitió que no es viable garantizar seguridad para cada evento religioso.
“Aunque pedimos a veces seguridad, pero no es posible pedir seguridad para cada celebración, para cada acontecimiento”, lamentó.
El líder eclesiástico subrayó que son las propias familias quienes han comenzado a tomar precauciones, y que la desconfianza que genera la violencia afecta directamente la vida comunitaria de la Iglesia.