IRAPUATO, GTO.- El obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, expresó su preocupación y dolor por la localización de una fosa clandestina con 17 cuerpos en la comunidad de Rancho Nuevo del Llanito, en el municipio de Irapuato.
El prelado recordó que desde hace una semana ya se había reflexionado sobre estas situaciones que, lamentablemente, no sólo se presentan en Guanajuato, sino en todo el país, y pidió avanzar hacia una cultura de paz.
“Sí, desde hace ocho días ya platicábamos un poco de estas situaciones que van apareciendo, no sólo en nuestro estado, sino en todo México, situaciones difíciles. Ojalá cada día haya más apertura, no sólo a la búsqueda de cuerpos, sino a ir construyendo más la paz”, declaró.
Díaz Díaz subrayó el profundo dolor que viven las familias de personas desaparecidas, al no saber qué ha pasado con sus seres queridos, ni tener siquiera un cuerpo al que llorar.
“Cuando platicamos y estamos cercanos a las familias de alguien desaparecido, qué dolor tan grande el no tener un cuerpo donde llorar, el no saber si está vivo o no está vivo”, expresó el obispo.
Añadió que incluso hay consecuencias legales derivadas de la desaparición, pues las familias quedan en el limbo jurídico.
“Hasta las cuestiones legales, conozco personas desaparecidas que sus hijos no han logrado muchas cosas porque no pueden decir que su papá murió, pero tampoco puede presentarse el papá vivo para responder por el hijo”, lamentó.
El obispo reiteró su llamado a las autoridades y a la sociedad a no permanecer indiferentes y a trabajar por la justicia y la reconciliación en un país golpeado por la violencia y la impunidad.