(Por Daniel Gorosito)
Parece ser que en ciertos países de Sudamérica los líderes de los gobiernos “progresistas” sueñan con perpetuarse en el poder. Llegan al mismo democráticamente y posteriormente a través de cambios constitucionales desean ser reelectos si es posible indefinidamente.
Hace unos días en el Estado Plurinacional de Bolivia se realizó un plebiscito para autorizar o no, una reforma a la Constitución Política del Estado (CPE) que ampliaría de una a dos la cantidad de posibles reelecciones continuas al frente del Poder Ejecutivo boliviano.
El ganador fue el no, en el caso que hubiera sido el sí, el Presidente Evo Morales habría tenido la opción de repostularse para el periodo 2020- 2025. El mandatario y su vicepresidente Álvaro García, iniciaron su primera gestión en el 2006; fueron reelectos en el 2010 y la tercera fue ganada en las urnas en el 2015 luego de una batalla jurídica.
Si bien la Carta Magna boliviana permite solamente dos mandatos consecutivos, Morales y García solicitaron autorización para presentar su fórmula en las elecciones del 2015, lo que fue resuelto positivamente en un fallo del Tribunal Constitucional que avaló que el primer mandato (2006- 2010) no contaba ya que el país fue “refundado” como Estado Plurinacional en el 2009.
En el plebiscito la opción del no obtuvo la victoria por lo tanto, la fórmula Morales- García del Movimiento al Socialismo (MAS) no podrá presentarse en las elecciones presidenciales del 2019. El no obtuvo el 51% de los votos contra el 49% del sí. Para que la reforma Constitucional fuera posible se debería haber obtenido un 56% de los votos a favor.
Analistas bolivianos sostiene que las causas de este resultado que no favorece a la dupla en el Gobierno son: la corrupción, nepotismo, falta de seguridad ciudadana y jurídica, además los días previos a ir a las urnas, reventó un escándalo de los negociados de la ex pareja del Presidente Morales; los anteriores fueron factores de gran incidencia para la derrota que obtuvieran Morales- García.
Las últimas encuestas publicadas previo a la realización del plebiscito daban como resultado un empate técnico entre ambas opciones. La ejecución y resultados de éstas se dieron a conocer antes que la denuncia que implica al Presidente Evo Morales en el supuesto caso de tráfico de influencias para favorecer a su ex pareja y que él ha negado rotundamente.
Ni siquiera el número de votantes bolivianos en el extranjero influyó para que Morales consiguiera su deseada Reforma Constitucional. Según el Tribunal Supremo Electoral, 258. 990 personas fueron habilitadas para votar en los 33 países donde Bolivia cuenta con representaciones diplomáticas. Los que registran mayor número de votantes son: Argentina (116. 568), España (70. 148) y Brasil (31. 370).
El líder de la opositora Unidad Nacional (UN) declaró: “el país le dijo no al autoritarismo de Evo Morales”. Lo cierto es que los resultados muestran un país partido a la mitad. Podría ser el principio del fin de Evo Morales, aunque la próxima jugada quizás sería que Álvaro García el hoy vicepresidente se presentara como candidato a presidente por el MAS en las próximas elecciones y siguiera la doctrina de Morales en el ejercicio del poder (siempre y cuando lo obtuviera en las elecciones de 2019).
Lo que si debe reflexionar el Presidente, es que a pesar de seguir teniendo el poder, éste resultado muestra que una parte de Bolivia le dijo en las urnas: ¡Hasta aquí! Evo Morales había declarado antes: “Si pierdo el referéndum me voy feliz”. Espero cumpla su palabra por el bien del Estado Plurinacional de Bolivia.
¡Hasta el próximo análisis…!
Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez