CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente Donald Trump, informó que EU llevó a cabo un “ataque muy exitoso” contra tres instalaciones nucleares de Irán, incluida la planta subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordo. Horas antes, distintos políticos estadunidenses negaron que un ataque fuera inminente.
“Hemos completado con gran éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluyendo Fordow, Natanz e Isfahán”, escribi´Trump en su cuenta de Truth Social.
El ataque de EU se da en favor de Israel, nación que comenzó a atacar a su país vecino hace una semana, y a quién Irán acusa de iniciar una agresión planificada indicriminadamente y contra todo derecho internacional. El gobierno iraní contratacó con una andana de misiles que logró evadir el Domo de Hierro que protege a Israel.
Durante siete días, Israel e Irán cruzaron ataques en una escalada de violencia que no ha dado tregua.
”Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní. Se lanzó una carga completa de bombas sobre la instalación principal, Fordow. Todos los aviones regresan sanos y salvos a casa. Felicitaciones a nuestros grandes guerreros estadounidenses. Ningún otro ejército en el mundo podría haber hecho esto”.
El gobierno de Estados Unidos había informado que podría sumarse a Israel y atacar Irán para evitar que esta nación desarrollara un arma nuclear.
“¡AHORA ES LA HORA DE LA PAZ! Gracias por su atención a este asunto.
Fuentes no confirmadas aseguran que que los bombarderos B-2 de última generación, desplegados horas antes en el mar Pacífico, participaron en el ataque a las instalaciones militares.
Tras el ataque a sus instalaciones nucleares, Irán no se ha pronunciado.
El ataque a Irán se da a pesar de que la administración de Trump había mencionado que no tomaría la decisión de atacar o no sino hasta dentro de dos semanas.
Según informó Trump, el objetivo fue impedir que Irán siga avanzando en su programa de enriquecimiento nuclear y, de este modo, neutralizar la amenaza potencial a Israel y a la región.
La acción se enmarca dentro de un contexto en el cual Israel ya había iniciado ataques a Irán, lo que presionó a Estados Unidos a intervenir para proporcionar armamento especializado, como la bomba antibúnker GBU‑57 lanzada desde bombarderos furtivos.
Durante los días previos, la administración Trump había declarado repetidamente que los esfuerzos diplomáticos no habían logrado frenar el programa nuclear iraní. Con un plazo de dos semanas para alcanzar un acuerdo expuesto públicamente, Trump finalmente concluyó que sólo una acción militar era efectiva para detener a Irán antes de que alcanzara capacidad nuclear.
El golpe se realizó tras deliberaciones internas, tras lo cual se determinó que la diplomacia había “fracasado” y que una intervención era la única vía para evitar una posible escalada nuclear.
El ataque representa una clara señal del compromiso estadounidense con Israel y un esfuerzo conjunto para debilitar las defensas nucleares y aéreas iraníes, en especial aquellas profundamente enterradas.
El uso de los sofisticados bombarderos B‑2 con bombas “bunker busting” —las únicas capaces de penetrar los recintos subterráneos como Fordow— fue clave para enfrentar esta amenaza nuclear