IRAPUATO, GTO.- Aunque es difícil medir la fe de un pueblo, la de los irapuatenses ha aumentado ante las adversidades originadas por la pandemia, la inseguridad, la violencia y las enfermedades.
Así lo manifestó el Obispo de la Diócesis de la ciudad de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, al afirmar que hay una gran espiritualidad y un signo de unión entre la población.
“En estos momentos de violencia, de pandemia, de inseguridad y necesidades apremiantes, la celebración nos permitirá descubrirnos como un pueblo de fuertes raíces cristianas, de indomable espíritu de lucha y de una fe inquebrantable”.
“Medir la fe de un pueblo, la participación de un pueblo es difícil sobre todo cuando las participaciones en las celebraciones de culto nos impiden tener aglomeraciones, peregrinaciones y asambleas grandes”, dijo.
En lo particular, el Obispo de Irapuato dejó en claro que ha descubierto una profundización de la fe en muchas personas al enfrentarse a la enfermedad, a la inseguridad, la muerte y la inseguridad.
“Es difícil medir y es preocupante, porque a veces es fácil que tenga 2 mil seguidores en una celebración de una misa cuando en la misa ordinaria hay 100 o 200 personas”, expresó.
Enrique Díaz Diaz expresó que en este momento, ante todas las adversidades hay personas que se han fortalecido y otras que se encuentran solas o abandonadas.