IRAPUATO, GTO.- El encargado de la Dimensión de la Vida de la Diócesis de Irapuato, el padre José María González, afirmó que la Iglesia Católica mantiene un trabajo permanente para enfrentar lo que considera una expansión de la cultura de la muerte en el país y en Guanajuato.
En conferencia de prensa, señaló que la defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, es un eje central del trabajo pastoral diocesano.
El sacerdote recordó que la Iglesia sostiene que toda persona posee una dignidad inherente y no dependiente de factores externos.
“La vida humana es un don sagrado que proviene de Dios, y su dignidad no depende de la edad, la salud, la productividad ni la condición social”, expresó.
Añadió que esta visión se encuentra respaldada por el catecismo y por la enseñanza constante del episcopado mexicano.
González explicó que la Diócesis mantiene una postura de alerta ante los atentados que consideran constantes contra la vida.
“Nuestros obispos han observado con profunda preocupación cómo la vida sufre ataques desde la violencia, el crimen, los asesinatos, el aborto, la eutanasia y las agresiones a la familia”, comentó.
El sacerdote subrayó que la primera acción para enfrentar estos desafíos es la oración, que definió como el pilar más fuerte de su trabajo, también destacó celebraciones especiales como la bendición de los vientres, dedicada a mujeres embarazadas y a los niños en gestación, así como oraciones para quienes han perdido a familiares por la violencia.
Además, informó que la Diócesis impulsa talleres formativos dirigidos a jóvenes, adultos y comunidades parroquiales.
El encargado de la Dimensión de la Vida de la Diócesis de Irapuato, detalló que también se fortalecen redes de apoyo para mujeres embarazadas y acompañamiento para quienes han atravesado un aborto y solicitan apoyo emocional o espiritual.
“Ayudamos a personas que han sufrido después de un aborto. Lo hacemos con respeto y discreción, porque detrás de cada caso hay dolor y necesidad de acompañamiento”, finalizó.

