RÍO DE JANEIRO, BRASIL.- Pasaron más de 10 años para que Lady Gaga se reuniera con su público brasileño. Les dijo cuánto los ama y agradeció por haberla esperado.
Vaya que la espera valió, pues de acuerdo con el diario O Globo, 2.1 millones de personas acudieron al concierto gratuito que ofreció anoche en la playa Copacabana de Río de Janeiro, contra los 1.6 millones que esperaba la alcaldía.
La gente estaba feliz, cantó con ella, lloró y se emocionó por volver a ver a la diva del pop como parte de su Mayhem Ball Tour, que presentó la semana pasada en la CDMX y a inicios de abril en Coachella.
Muy de madrugada comenzaron a llegar los little monsters para hacer fila e ingresar a la playa, no sin antes pasar por controles de seguridad con detectores de metal y así tener acceso; una calurosa jornada, pero que bien valía la pena.
Según la agencia AFP, las autoridades desplegaron un dispositivo de seguridad con más de cinco mil agentes, drones y cámaras con reconocimiento facial.
La gente esperó hasta las 10:10 de la noche hora local para que las luces se apagaran y comenzara el show.
El setlist era imperdible. Abracadabra dio inicio al espectáculo y la gente gritó enardecida. El gran y largo vestido rojo, el fastuoso aperitivo, dio la bienvenida con ella de rojo, pero la sorpresa vino cuando se despojó de la parte de arriba para dejar ver un vestido verde con una banda sobre su cuerpo de color azul y borde amarillo: símbolos de la bandera brasileña; el “Ordem e Progresso” que se lee en ella, sin duda fue el amor que se vivió entre la Mother monster y sus littles monsters.
Así siguió Judas y su emblemática coreografía y uno de los platos fuertes: la lucha entre dos reinas Gagas sobre un tablero de ajedrez en Poker Face.
Así siguió la noche, entre gritos, música y mucho amor.
Y así como lo hizo en México, Gaga subió a unos de los balcones de la escenografía y desplegó una bandera brasileña, pero esta vez no habló en portugués como sucedió con el español, se valió de un intérprete para comunicarse con el público.
“Me siento muy honrada de estar aquí esta noche. Mi corazón se siente pleno, me siento orgullosa, afortunada y muy agradecida. Esta noche hacemos historia, pero nadie hace historia solo. Sin ustedes, la increíble gente de Brasil, no tendría este momento.
“Gracias por hacer historia conmigo. Los brasileños son la razón por la que yo hoy he brillado. Son tan brillantes y hermosos como el Sol y la Luna, levantándose sobre el océando, aquí en la playa Copacabana.Pero de todas las cosas que tengo que agradecerles, la más importante, es que me hayan esperado más de 10 años por mí.
“Muchos se preguntarán por qué demoré tanto para regresar, La verdad es que estaba sanando, me fortalecía, y mientras sanaba, algo poderoso sucedía. Ustedes, ahí seguían, me alentaban, me pedían que regresara cuando estuviera lista. Brasil, ¡estoy lista!
“Los amo. Gracias por esperar y recibirme con tanta amabilidad y brazos abiertos, Esta noche ayudaré a que brillen al lado mío. Quiero que el mundo vea lo grande que es su corazón y que se sientan inspirados por su espíritu. Esta noche les daré todo lo que tengo, hagamos saber que la espera valió la pena. Muito obrigada. I Love You Forever”, dijo gritando para recibir la ovación por parte de la gente antes de cantar Alejandro.
Y vaya que la espera valió la pena. Gaga se había presentado en Brasil en 2012. Para 2017, sería una de las cabezas del festival Rock in Rio, pero canceló a último momento por motivos de salud.
En algún momento de la noche Gaga agradeció a la comunidad LGBTQ+ por el apoyo y ondeó una bandera con los colores de la diversidad.
La noche transcurrió con amor y mucha energía con temas como Die With a Smile, How Bad Do U Want Me y Born This Way.
Hacia el final, ya con el quinto acto como plato final, llegó Bad Romance y la apoteosis de la diva y su encuentro en Copacabana con la temperatura en 22º C, pero que se elevaba con la emoción de la gente.
Y como postre, Gaga salió al escenario para disfrutar, acompañada de sus bailarines, todos vestidos de blanco, los juegos pirotécnicos que salían unos tras otros e iluminaban más las aguas del Atlántico.
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