Las compras de equipo militar a Rusia hechas por Nicaragua preocupan a Estados Unidos

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(Por Daniel Gorosito)

Lo del título no es más que lo que declarara en términos generales la Embajadora de la Unión Americana en ese país Centroamericano, Laura F. Dogu. Textualmente la diplomática en conferencia de prensa en Managua externó: “Estamos tratando de recibir información sobre este programa de compras del Gobierno de Nicaragua a Rusia”.

“Obviamente estamos leyendo sus noticias aquí y escuchando lo que están diciendo, pero necesitamos investigar eso un poquito más para entender exactamente el propósito y que van a hacer”.

La mayor preocupación según la diplomática estadounidense, es la compra de 50 carros de combate. Lo anterior fue confirmado por fuentes del ejército nicaragüense, al dar a conocer el arribo de un primer lote de 20 unidades.

Dicha adquisición forma parte del denominado: “Plan de modernización y desarrollo”, enfocado a las Fuerzas Armadas. Los tanques son modelo T- 72 B1 modernizados. De acuerdo con información de la agencia de noticias rusa, RIA Novosti, la transacción por un monto de 80 millones de dólares se incluye en un plan de cooperación técnico- militar entre ambos países y debe cumplirse para finales de este año a más tardar a inicios del 2017.

Con anterioridad, inmerso en este convenio de cooperación, Moscú ya envío a Nicaragua en el 2009, dos helicópteros Mi- 17V- 5, en el 2012 vehículos blindados GAZ- 2330 Tigre y en el 2014 un lote de 12 sistemas de defensa antiaérea ZU- 23- 2.

A fines del 2014, la Fuerza Aérea nicaragüense, puso en operación un simulador de vuelos de helicóptero y paracaidismo, un equipo que fuera suministrado por Rusia, y a un grupo de artillería antiaérea. Se desmintió la compra de aviones caza, pero llegarán aviones de transporte.

Hasta el momento no hay confirmación oficial de la versión que sostiene que la Marina de Guerra en el 2013, habría pedido cuatro lanchas patrulleras y estaría en marcha un contrato para la adquisición de dos lanchas coheteras.

Ante esta situación de rearme, los partidos de oposición con representación en el Congreso de Managua, dieron a conocer que pedirán explicaciones a la Asamblea Nacional sobre la forma en que Nicaragua pagará ese armamento a Rusia.

Recordemos que la relación de suministro y adiestramiento militar de Rusia a Nicaragua, no es nuevo, ya que Moscú es un antiguo aliado de Managua, que durante el primer régimen sandinista de Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) liderado por Daniel Ortega entre los años 1979- 1990, hoy nuevamente presidente luego de un periodo, en el 2007 se le volvió a elegir en el 2012. En los primeros años del gobierno sandinista fueron equipadas con material y equipo de origen soviético, las fuerzas armadas del país Centroamericano.

Ante el rumor en el 2014, de negociaciones “en lo oscurito”, para que Rusia estableciera una base en Nicaragua con el objetivo de abastecer de combustible a sus aviones militares, el Embajador ruso en Managua, Nikolai Vladimir en ese entonces dijo: “Yo no conozco esas negociaciones, hay muchas especulaciones”.

Mientras que el Jefe del Ejército, General Julio Avilés sostenía que: “El principal material que tenemos en el ejército es de fabricación rusa, de tal manera que los lazos con la Federación Rusa son muy fuertes”.

La preocupación de Estados Unidos en parte es comprensible, seguro puede haber una ruptura en el equilibrio de los arsenales de los países Centroamericanos que conduzca a una carrera armamentista o a una “paz armada” y ya no digamos a un conflicto bélico.

Por otra parte la posibilidad de instalar en territorio nicaragüense una base rusa que atienda sus barcos y aviones no es algo a desechar, por lo tanto las preocupaciones son reales, en la región del planeta más violenta y con niveles de pobreza muy elevados. Y si le sumamos que el gobierno que lidera el ex Comandante Sandinista Daniel Ortega, parece ser que camina rumbo a una dictadura como la que él combatió, de la familia Somoza, el panorama en la región se vislumbra más complejo y complicado.

¡Hasta el próximo análisis…!

Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez