(Por Daniel Gorosito)
En un reciente informe de la ONG Amnistía Internacional con sede en Londres y consultora de las Naciones Unidas, se analiza profundamente la problemática de los refugiados centroamericanos que no tienen otra salida que huir de sus países para encontrar un poco de seguridad, debido al clima de violencia que impera en algunas naciones de esa región latinoamericana.
Esta migración ha tenido como consecuencia directa que el número de solicitudes de asilo presentadas en México y Estados Unidos, se ha multiplicado por seis en el último lustro. Según Amnistía Internacional la mayoría de los migrantes centroamericanos provienen de Guatemala, El Salvador y Honduras, el número de expulsados provenientes de estos países por el Gobierno mexicano ha experimentado un aumento del 180%.
Amnistía Internacional sostiene que Guatemala, El Salvador y Honduras se han convertido en zonas de guerra, donde la vida parece no tener valor, de ahí que millones de personas que habitan esos Estados, sobreviven con temor a ser agredidos por las bandas y pandillas o por las fuerzas de seguridad gubernamentales. En el caso de El Salvador, las Naciones Unidas lo clasifica como uno de los países más peligrosos del planeta, con una media de 108 homicidios por cada 100 mil habitantes el año pasado (2015).
En Honduras la cifra es de 64 y Guatemala 35 homicidios cada 100 mil habitantes. Más del 50% de los asesinados en estos tres países en el 2015, eran menores de 30 años. Si bien en ninguna de estas naciones hay una guerra oficial, la alarmante cifra de muertes y desplazados muestra una crisis humanitaria de refugiados de proporciones dantescas que aumenta y el tejido social se deteriora día tras día.
Según el informe de Amnistía Internacional la mayor parte de los habitantes de estos tres países luchan por sobrevivir entre las bandas delictivas (denominadas maras) y las autoridades (léase policía) que poco hacen para garantizar la seguridad de la población. Incluso cada vez es más común la violación a los derechos humanos de los jóvenes, para que “confiesen”, su apoyo a las maras, se quiere mostrar que se está actuando contra la violencia, sin embargo los resultados son casi nulos, y las violaciones de los derechos humanos por parte de las instituciones de seguridad se incrementan.
Por otra parte los gobiernos de los tres países parecen haberse puesto de acuerdo para externar que la huida en grandes cantidades de la población es por necesidades económicas y no por problemas de seguridad interior.
Sostienen que esta crisis migratoria no ha sido generada por ellos. A raíz de esta situación, hace unos días, el diario El Mañana del Estado mexicano de Tamaulipas fronterizo con la Unión Americana, publicó un editorial en el que apoya la construcción de un muro fronterizo, no el de Donald Trump, candidato del Partido Republicano a la Presidencia de Estados Unidos, que lo propone para frenar la migración ilegal desde México. El Mañana lo quiere “en el sur de México”, para prevenir el flujo de inmigrantes provenientes de Centroamérica.
Según el periódico tamaulipeco los centroamericanos utilizan nuestro país para cruzar a los Estados Unidos. Considera que el problema principal no es el “tráfico de indocumentados, principalmente guatemaltecos, salvadoreños y hondureños”, sino el hecho que los inmigrantes ilegales deportados de la Unión Americana no regresan “a sus lugares de origen como está establecido en convenios internacionales, sino que lo hacen por la frontera mexicana, principalmente a Reynosa”. “La mayor parte de los deportados”, sostiene el editorial del diario, prefiere permanecer en México, “para volver a intentar ir en busca del llamado sueño americano”, que se ha transformado en pesadilla.
El escrito afirma que, al no encontrar empleo en México, muchos de estos migrantes se dedican a delinquir recurriendo al asalto, el secuestro y a la extorsión, y en el peor de los casos, integrándose a los grupos delincuenciales del crimen organizado. Por lo que El Mañana propone resolver “el problema que viven México y Estados Unidos” al construir “el muro fronterizo propuesto por Donald Trump”, pero no en la frontera entre estos dos países.
Argumenta el editorial que el muro debe ser construido al sur, en la frontera entre México con Guatemala y Belice, para evitar el cruce de ilegales centroamericanos en masa, pero también para exigir los documentos migratorios correspondientes a los extranjeros que ingresen al país.
Recordemos que la Secretaria de Relaciones Exteriores de México, Claudia Ruiz Massieu, en su momento calificó de “absurda” la idea de Trump de construir un muro en la frontera con México. ¿Pensará lo mismo sobre la construcción de un muro de contención de los migrantes centroamericanos en la frontera sur de México? El editorial del periódico El Mañana no estará como se dice coloquialmente tirando verdes para recoger maduras.
¡Hasta el próximo análisis…!
Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez