NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- Decenas de restaurantes, bares y otros negocios en ciudades de todo Estados Unidos cerraron sus puertas el jueves para demostrar su respaldo a “Un Día Sin Inmigrantes”, una paralización como protesta contra las políticas del presidente Donald Trump.
Activistas llamaron a los inmigrantes a no ir a trabajar, a evitar salir de compras y no comer fuera de casa y a no asistir a clases, en un esfuerzo por resaltar el papel vital que cumplen en la sociedad estadunidense.
Grupos de derechos de los inmigrantes manifestaron su preocupación después de allanamientos federales la semana pasada en que fueron arrestadas más de 680 personas que se encuentran en el país en forma ilegal.
Muchos restaurantes, que a menudo dependen fuertemente de personal compuesto porinmigrantes, cerraron durante el día en ciudades como Washington, D.C., Nueva York y Chicago.
En Nueva York, los dueños de los populares restaurantes Blue Ribbon dijeron que cerrarían varios locales, pese al impacto económico.
“Realmente es para mostrar apoyo a nuestro personal y como equipo y familia”, comentó Eric Bromberg, uno de los propietarios.
Otras ciudades como Las Vegas, Oklahoma, Chicago, los estados Nuevo México, Texas, Carolina del Norte, Michigan y Nueva Jersey se unieron a esta dinámica que unió a los ciudadanos en Estados Unidos.
Los puestos de alimentos frescos en la llamada “Calle Nueve” —como se conoce a la 9th Street del Mercado Italiano debido a la abundancia de comercios mexicanos— eran una elocuente demostración de lo que sería Filadelfia sin inmigrantes. Los clientes preguntaban dónde comprar carne fresca, pan, fruta y verduras.
Restaurantes finos de Filadelfia estaban cerrados en apoyo a los empleados, dijeron algunos dueños.
El Museo Davis de la Universidad de Wellesley en Massachusetts dijo que retiraría o cubriría todas las obras de arte realizadas o donadas al museo por inmigrantes.
En Nuevo México, el estado con mayor proporción de hispanos, las autoridades dijeron que cientos de estudiantes faltarían a clase.
La iniciativa es una respuesta al presidente Trump, cuyo gobierno ha prometido aumentar la deportación de inmigrantes que viven en el país de forma ilegal.
Trump basó su campaña en la construcción de un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México y atribuyó el alto desempleo a la inmigración. Como presidente ha pedido vetar la entrada en el país de viajeros de siete países de mayoría musulmana.
Muchos de los que faltaron al trabajo perderán el sueldo del día, pero los organizadores dijeron que la causa bien vale el sacrificio.
“Mucha gente perdió su empleo por tomarse el día, pero era un riesgo que estaban dispuestos a correr”, dijo Olivia Vázquez, de 22 años, dirigente comunitaria que se encuentra en Estados Unidos sin autorización.
“Están cansados de que penalicen a sus comunidades”, dijo Vázquez. “Todo ser humano merece vivir con dignidad y respeto, y no se los dan. Están dispuestos a reaccionar”.