CIUDAD DE MÉXICO.- Al participar en la XVIII peregrinación varonil al Tepeyac y encabezar una misa en la Basílica de Guadalupe, el Obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, aseguró en su homilía que es necesario que la población dé frutos de generosidad, de comprensión y de paz, para vivir en armonía y no dejar a nadie tirado en el suelo.
En este sentido, el religioso aseguró que la Viña del Señor ha sido encomendada a los ciudadanos, a las autoridades, a la Iglesia, a los sacerdotes y padres de familia.
Sin embargo, añadió que ha causado dolor el rescatar tristes frutos, no de generosidad y paz, sino de egoísmos en las personas.
“Qué tristeza que al emisario que viene a recoger los frutos, lo golpeamos, lo pateamos y lo aventamos a la carretera, a la milpa, como sino se fuera a salvar de la muerte, y ahí está el dolor del pueblo, ahí está el grito ahogado de muchas viudas, de muchos huérfanos, muchas personas que están sufriendo”.
“Qué puedo hacer por mi viña, sí le he matado a mi hijo, y al hijo también lo han despedazado, y también han dicho, qué haremos con la viña, se hace renegar esta parábola entre nosotros, la viña del Señor la queremos dejar en manos de ladrones, en manos de usurpadores y en manos de traición”, añadió.
El Obispo de la Diócesis de Irapuato recalcó que es posible vivir en paz, con la construcción de buenas relaciones, para todos sentirnos tranquilos, en un camino de sinodalidad, pese a que es una gran misión.