IRAPUATO, GTO.- En el marco del 51 aniversario de la devastadora inundación que se registró en Irapuato, el Obispo Enrique Díaz Díaz ofreció un mensaje de reflexión y esperanza, al destacar las lecciones que dicha tragedia dejó para la ciudad y sus habitantes.
Durante su declaración en la conferencia de prensa dominical, Díaz recordó con profunda tristeza los eventos de la inundación, que cobró la vida de muchos irapuatenses.
Sin embargo, también resaltó cómo en medio del dolor surgió la hermandad y la solidaridad entre los ciudadanos, valores que, dijo, han sido fundamentales en la construcción del Irapuato de hoy.
“Fue una experiencia dolorosa para mucha gente, pero también estuvo llena de vivencias muy grandes, muy especiales, que nos ayudan a entender lo que es el Irapuato de hoy. Tuvimos que sentir la hermandad, que en medio del dolor hubo solidaridad, y que nos enseñaría hoy al cuidado con el otro,” señaló el Obispo.
Enrique Díaz hizo hincapié en la importancia de aprender de aquel trágico evento para mejorar la infraestructura de la ciudad y evitar futuras catástrofes de esta magnitud.
Subrayó la necesidad de pequeñas acciones cotidianas, como no tirar basura y no tapar coladeras, como parte de un esfuerzo para proteger a Irapuato.
El Obispo también extendió su mensaje y oración para todas las familias que perdieron a sus seres queridos en la inundación, reafirmando su solidaridad con ellos.
“Recordamos con amor y en oración a todos los que fallecieron; nuestra solidaridad con sus familiares y nuestra invitación a que hagamos siempre de Irapuato una ciudad mejor, más humana, más hermana”, finalizó.