IRAPUATO, GTO.- En el marco de la misa dominical por el Día de la Familia, el obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, instó a los fieles a reflexionar sobre el estado actual de las familias, al reconocer lo positivo que se realiza y los desafíos que amenazan su unidad donde parece que ya nada ni nadie importa.
El prelado destacó que la invitación es a tener presente la familia, con sus ventajas y desventajas, al ser un lugar donde las personas encuentran ahogos y desahogos.
Díaz Díaz enfatizó que en el seno familiar se aprenden valores esenciales como el amor a la verdad, el respeto y el cariño hacia los demás.
El obispo recordó la importancia de compartir dentro de las familias, una práctica que en ocasiones parece haberse perdido.
“Se acuerdan antes, teníamos el suéter y nos lo pasábamos del más grande al que seguía, y al que seguía, y lo íbamos compartiendo. Hoy se nos invita a recordar y vivir esa hermandad de ser familia”, destacó.
El obispo Enrique Díaz expresó su preocupación por la creciente destrucción de la familia, pese a ser la base de la sociedad.
Señaló que las heridas dentro de este núcleo generan un ambiente en el que parece que nada ni nadie importa.
“Donde parece que se va destruyendo todo, hoy se nos invita a tener muy presentes esa familia de Jesús, José y María”, añadió.
Enrique Díaz subrayó que cada familia debe ser un espacio de sabiduría y gracia, donde sus integrantes puedan distinguir entre el bien y el mal. También recalcó la importancia del trabajo conjunto entre padres y madres para guiar a sus hijos en el camino de la vida con sabiduría.
En este sentido, dejó en claro que la propuesta diocesana es clara: trabajar por la familia, aprender a vivir con sabiduría, con la ayuda de papá y mamá, y con un fuerte compromiso de amor y unidad.