Irapuato.-Que Irapuato sea una ciudad de paz y de progreso, donde todos sean respetados, fue lo que pidió el Obispo, Enrique Díaz Díaz a los funcionarios que asistieron a la misa conmemorativa en La Catedral, por los 476 años de la fundación de Irapuato.
Díaz expresó que la construcción de la ciudad debe ser en unión, como hermanos, participando, cada quien, con sus opiniones, sin intereses mezquinos.
En su sermón, dijo que las personas tienen que verse como humanos con derechos, de manera digna, y no como instrumentos a utilizar, pese a todos los problemas que existen.
El Obispo manifestó que Irapuato tiene retos que tienen que enfrentarse, aportando lo mejor de sí, pero siempre en unión y con la paloma de la paz, para crecer y no ser pasivos.
“Que Irapuato sea una ciudad de paz y de progreso, una comunidad donde todos nos sintamos tomados en cuenta y respetados en nuestros derechos, felicidades, Irapuato, hoy nos ponemos en la mano del señor”, expresó.
Enrique Díaz añadió que se tiene que recobrar la esperanza de seguir construyendo, ante las dificultades que se vuelven contra el hombre y la humanidad.
El representante de la Iglesia Católica informó que si solo nos quejamos de todo, se tendrá que buscar lo que hicimos mal para tener una respuesta.
Monseñor recalcó que, la alianza entre Dios y el hombre debe existir, para lograr acuerdos y tener paz, pensando positivamente y de esta forma se pueda acabar la violencia.
“Si queremos ponerle un soldado a cada persona que obra mal, no vamos a acabar con la violencia, tiene que brotar la paz desde el corazón de todos nosotros, la paz la tenemos que construir entre todos, nadie somos iguales pero juntos podemos buscar el bien común”, finalizó.