(Por José Antonio Tejeda)
Como egresado de mercadotecnia, siempre había escuchado sobre la existencia de sub-culturas, o tribus urbanas, aquellas que nos permiten entender la dinámica y ajustes que una sociedad da a una ciudad, imprescindible conocerlos para determinar sus propios hábitos de consumo y necesidades de productos y así atender a sus necesidades de mercado.
De lo anterior soy testigo, en algún momento tuve la oportunidad de realizar un estudio de mercado para una reconocida marca de tequila, de hecho seguro la conocen, Don Julio 70; la metodología de estudio era cualitativa y la técnica entrevistas a profundidad; lo interesante era que las entrevistas estaban segmentadas en diferentes sub-culturas, el primer reto era conocer a exactitud las características de las mismas, para que al momento de reclutar a los entrevistados su perfil encajara de forma correcta con las necesidades del perfil de los informantes del estudio, el resultado increíblemente atractivo; cada tribu mostro hábitos de compra distintos, decisores de compra diferentes unos de otro y motivadores a la recomendación del producto distinta. Y es entonces desde este estudio, que me gustó conocer más sobre las sub – culturas.
Y entonces hoy retomo un texto de Paco Santamaría quien define a un hípster de forma perfecta en su libro “Las Nuevas Tribus Urbanas”, describiéndolos como personas cultas, “cool” y en algunos casos selectivas. Tienen un gusto por estar a la vanguardia y su sueño es “continuar siendo únicos”, menciona también los podemos encontrar en festivales de música independiente, en la colonia Roma en Ciudad de México, y yo creo que también en Guanajuato capital. La música que escuchan es todo lo que no es comercial, música independiente, admirando a personajes como Andy Warhol.
Con lo anterior ya podremos saber si una persona que pre-calificamos como hípster solo por su vestimenta; pantalón vintage de marca, camisa a cuadros, bigote, lentes de carey negro y un posible gorro en la cabeza, es hípster o pretende serlo; y es que parte interesante de las tribus urbanas, radica en la “Aspiración”, en la búsqueda de todo ser humano por ser o parecer algo; y esto no significa que quien decide ser hípster no lo sea, solo significa que la búsqueda de las personas por pertenecer o aspirar a cierto estilo de vida, nos ha llevado a generar estas nuevas sub-culturas, llenas de características diferenciadoras, que permiten a las empresas establecer temas de estrategias de comunicación dirigidos, crear nuevos productos y tener una oportunidad de mercado más amplia, pero también, en muchos casos, más exigente.
Regresando al estudio que realice hace meses, entre todos los entrevistados tuve que platicar con hípsters, lobukis, mireyes, entre otros, parte del estudio pedía realizar un comparativo de sus páginas principales en redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, y los resultados volvieron a ser contundentes y sorprendentes, definían al 100% su forma de ser, sus pensamientos y sus actividades, creámoslo o no, el conocer la dinámica de estas tendencias en el consumidor es importante, nos permitirá conocer a nuestro consumidor y saber de qué forma podrá ser enganchado a nuestro producto o servicio.
Como siempre quedo atento a sus comentarios en el correo electrónico [email protected]; pueden seguirme en Twitter en @joseantoniotb; y también pueden dar like a la página de Facebook de nuestra agencia de investigación de mercados 2904 Marketing and Research.