WASHINGTON, D.C.- El presidente estadounidense Donald Trump, cumplió su promesa y pese a las críticas en contra, reconoció hoy a Jerusalén como capital de Israel y ha ordenado un plan para trasladar ahí su embajada.
Aunque la mudanza de la sede diplomática tardará años y puede que nunca se materialice, la proclamación rompe con cualquier gesto de neutralidad y abre un ciclo sombrío para las agónicas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
“Estamos aceptando lo obvio. Israel es una nación soberana y Jerusalén es la sede de su Gobierno, Parlamento y Tribunal Supremo”, agregó Trump.
Explicó que una decisión sobre este tema debería haberse tomado “hace mucho tiempo”.
“Tenemos un anuncio importante que hacer (…) y creo que debería haberse hecho hace mucho tiempo, muchos presidentes dijeron que harían algo y no hicieron nada”, agregó, en alusión a la promesa de varios de sus predecesores de trasladar la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel-Aviv a Jerusalén” dijo el mandatario.
Donald Trump, aseguró que su decisión no debe interpretarse como una falta de compromiso con el proceso de paz entre israelíes y palestinos, y prometió que hará “todo” lo posible para ayudar a las partes a lograrlo.