IRAPUATO, GTO.- La violencia que se registró en Culiacán, Sinaloa, tras la detención del narcotraficante Ovidio Guzmán, es una consecuencia grave de dejar que la delincuencia vaya creciendo.
Así lo declaró el Obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, en su conferencia de prensa dominical, luego de los hechos ocurridos en aquel estado durante el fin de semana.
“Decía en el mensaje, que, si uno no se llena de Dios, se va a llenar de otras cosas, así como Herodes no dudaba en matar, les decía en el relato, pero la historia nos pone cómo Herodes fue destruyendo y matando a familiares que creía que lo podían quitar de ser rey”, dijo.
El Obispo de Irapuato comentó que Sinaloa y otros estados del país se ven sacudidos por una violencia que tiene que ser erradicada desde el interior de las personas, para poder encontrar la verdadera paz.
Añadió que estos acontecimientos tienen que hacer reflexionar a las autoridades, las que afirmó, parecen estar rebasadas.
“Y ojalá que estos acontecimientos nos hagan reflexionar, y a que a las autoridades las hagan tomar en serio, porque parecen rebasadas en estos momentos”, añadió.
Enrique Díaz expresó que la captura de Ovidio Guzmán se dio en medio de la angustia de personas y de la pérdida de vidas humanas, sangre, dolor y miedo.